MA´DABA – PETRA (235 km.)

Barajamos sobre el mapa, las tres carreteras que discurren hacia el Sur: La que une el mar Muerto con el Rojo lindando con Israel. Demasiados controles; Más al Este, la autopista del desierto. Demasiado rápida y transitada; Nos decantamos por la que baja por el centro, un recorrido sinuoso pero a la vez más atractivo, conocido como La ruta del Rey.
Tres jornadas de pedaleo nos llevarán al siguiente objetivo. Pero antes debemos de superar varios obstáculos que nos depara el camino. Por un lado están los wadis. Estos son profundos valles que discurren perpendiculares a nuestra dirección. Al contrario que los puertos de montaña, debemos bajar para luego tener que remontar una media de 1000 metros de desnivel.
Por otro lado están las gracias de los niños. Desde que entramos en territorio jordano nos hemos convertido en la diana de sus fechorías. –Os podíais meter las piedritas...- Por último y para desconsuelo nuestro, las vacaciones de Aitor llegan a su fin. Nos quedamos sin traductor, pero lo que es peor, sin sus agradables sobremesas. Ha sido su primera experiencia con alforjas y la ha superado con sobresaliente.
Así arribamos a Petra, uno de los platos fuertes del viaje. Normalmente la gente comete el error de dedicar tan solo unas horas a esta maravilla. A nosotros, se nos quedan cortos los dos días que dedicamos a visitar la ciudad antigua. Espectaculares parajes esconden templos y tumbas de la época nabatéa.

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